La Feria del Libro de Zaragoza cerró ayer y se despidió hasta el año que viene. En esta 33ª edición, en la que han participado 49 expositores, instalados en 69 casetas, el balance no puede ser más positivo. El sentir general de expositores (editores y libreros), autores, organización y público es que, a pesar de las lluvias de casi todos los días, la Feria ha sido un excelente escaparate con una gran acogida. Estos días han visitado Zaragoza grandes autores como Agustín Fernández Mallo, Sandra Barneda, Toni Hill, Paco Lobatón, Fidel Moreno, Mónica Rodríguez… pero la realidad es que los más vendidos, a falta de cifras concretas, han sido los autores aragoneses como Ignacio Martínez de Pisón, José Luis Corral, Ana Alcolea, David Lozano, Lorenzo Mediano, Juan Bolea, Míchel Suñén, María Frisa, Magdalena Lasala, Fernando Lalana, Manuel Vilas, Sergio del Molino o Antón Castro, entre otros. Son, sin duda, quienes llaman la atención de los lectores y quienes hacen que la Feria haya sido un éxito.

En cifras, la Feria del Libro de Zaragoza se ha traducido en casi 800 eventos programados, 39 presentaciones literarias, 10 cuentacuentos, 13 talleres infantiles, 5 charlas y otras actividades literarias y 730 eventos de firmas en casetas. Todo ello ha hecho de esta Feria una propuesta muy atractiva para el público. De hecho, el volumen de ventas ha sido alto, aunque “todavía no contamos con cifras precisas para poder hacer una valoración cuantitativa precisa”, según ha valorado César Muñío, presidente de la Comisión Permanente del Libro (COPELI). Y tampoco es posible comparar con años anteriores: este ha sido el segundo año en la plaza del Pilar, pero en 2017 el certamen tuvo una duración de solo 4 días. En este sentido, según ha añadido el coordinador cultural de la Feria, Samuel Alonso Omeñaca, “la plaza del Pilar se está consolidando como ese lugar al que los zaragozanos acuden para encontrarse con los libros en la calle, y se están dando pasos muy prometedores para fijar esta residencia permanente para dialogar con los libros”.

Una feria de éxito, a pesar del agua

Ciertamente, la lluvia de los últimos días ha sido compañera inseparable de la Feria del Libro, pero “no ha hecho tanto daño como pensábamos”, ha dicho César Muñío. Ello se debe a la programación de la feria, el interés del público y, en cierto modo también, a la colocación de toldos en las casetas, todo lo cual ha permitido continuar la fiesta de los libros en la calle… pese al agua.

Desde la organización destacan la calidad de la cita literaria y la oferta cultural, que ha hecho que grandes y pequeños hayan paseado por la plaza del Pilar. Samuel Alonso Omeñaca destaca la positiva respuesta del público zaragozano, con una “notable afluencia de espectadores”. Y es que las actividades realizadas han ido dirigidas a todas las edades, incluidos bebés y niños, así como también a lectores de todas las tendencias y géneros: escritores literarios de dentro y fuera de Aragón, autores mediáticos, booktubers, youtubers… En este sentido, el perfil de visitantes de la Feria ha sido muy diverso y “a pesar de que siempre se dice lo contrario, hay muchos adolescentes que leen y los hemos visto estos días en la Feria del Libro”, según ha explicado César Muñío.

Además de las ventas que estos días se han incrementado, el presidente de COPELI ha destacado que la Feria constituye un “escaparate fundamental para un sector en crisis, que posibilita un acercamiento fundamental a los lectores incondicionales y a los habituales visitantes de ferias y actividades culturales”, según ha valorado César Muñío. Pero además, la Feria es un importante punto de encuentro para personas que no suelen entrar en librerías y que pueden descubrir esta nueva pasión saliendo a la calle”.