Entre autores, libros y sonrisas, hemos llegado al último fin de semana de la Feria. Hoy, sábado 9 de junio, hemos vuelto a tener jornada de mañana y tarde con un estupendo programa literario y de entretenimiento.
Así, a las 13 h Antón Castro ha presentado su libro Cariñena en la carpa central. Lo ha hecho acompañado de José Luis Melero, escritor y amigo del autor, quien ha confesado que comparten un lazo que se mantiene vivo desde hace más de 30 años. Es casi un hermano y estoy encantado de presentar su libro. También ha destacado el humor característico del autor de este libro, que no puede dejar de leerse a partir de la segunda página. En cuanto a la novela, se trata de una historia autobiográfica sobre un joven de 19 años, objetor de conciencia, que vivía en una comuna y cuyo primer trabajo fue vendimiar en Cariñena.
A lo largo de la mañana, además, Ricardo Vicente Placed ha llevado a cabo un taller de caligrafía sobre la época de Alfonso I el Batallador (año 118), organizado por Aularivm, el Estudio de Caligrafía de Binéfar (Huesca).
Previamente, en el espacio infantil, han tenido lugar sendos talleres organizados por Librería Wodan: uno de iniciación a la papiroflexia y otro de plegado artístico de libros sin uso.
Cultura y lluvia para la tarde del sábado
La fiesta literaria ha continuado durante toda la tarde sabatina, a pesar de las adversidades climatológicas. La primera presentación ha sido la de la novela La playa, de Sara Cantador. Esta joven madrileña conocida en las redes como «Nube de Palabras«, que ha estado acompañada de Pepe Trívez, nos ha dicho que hay quienes creen que los jóvenes necesitan novelas fáciles. Yo no creo que sea así, pero si buscan eso en esta novela, no lo encontrarán. En palabras de Trívez, es una novela en la que la complejidad de los personajes y de la historia hace que no puedas parar de leer. Se trata de una novela para adolescentes ambientada en 1988, que experimentan problemas reales que se pueden tener a los 15 años… pero también a los 30. Según él, debemos leer esta novela por tres razones: 1. porque no renuncia a la poesía, pero tampoco a la aventura; 2. porque es un libro que abre camino a lectores: invita a leer otros libros; 3. porque es una novela hecha para entretener, pero que no se queda solo en eso y no renuncia a nada.
A las 19:30 ha tenido lugar la presentación de La vida que vendrá, de Pilar Aguarón Ezpeleta, la cual ha transcurrido, junto a Inmaculada Zegrí, como una reunión de amigos. La historia que cuenta esta novela transcurre entre los 70 y los 80, en un entorno social descrito con extraordinario realismo. Uno de los rasgos característicos de esta autora es su capacidad para no alargarse más páginas de las necesarias. Hay mucha gente que me dice que haga las novelas más largas, pero yo creo que, muchas veces, se rompe la fuerza de las historias por alargarlas, ha confesado la autora.
Y el colofón a la tarde de presentaciones ha tenido lugar a las 20:30 horas, con los poemarios A plena luz y Los días contados, de Fernando Sarría, que ha estado arropado por Miguel Ángel Yusta. Sarría ha contado que desde muy jovencito se dedicaba a escribir versos en los posavasos de los bares y que, en 2006, empezó a publicar sus problemas en un blog de Blogia. A partir de ese momento empezó a leer mucho más, dejó las novelas y se apasionó todavía más por la poesía. Considera que Neruda ha sido el autor que más ha influido en sus versos. Al extractar su poemario, nos ha dejado perlas como un poeta tiene que ser hijo de sí mismo, o sea, escribir para él.
También el público infantil ha tenido esta tarde un par de actividades ciertamente atractivas. Concretamente el taller de ilustración Tirando del hilo, realizado por Elisa Arguilé, y el taller As Time Goes By… (El tiempo pasará), llevado a cabo por Marta y Josema, de la Asociación Aragonesa de Autores de Cómic. El primero de ellos ha enseñado técnicas creativas y de escritura, mientras que el segundo ha contado a los niños, a través del cómic, cómo serán los libros dentro de 100 años.