Editoriales de poesía, especializadas en temas aragoneses, que editan en otras lenguas, que descubren a autores internacionales, que dan voz a los mejores escritores y escritoras de la tierra, con catálogos que reúnen ensayo, ficción, libros objeto… Las editoriales presentes como expositores en la Feria del Libro de Zaragoza son tantas y tan diversas, que es difícil abarcarlas todas en una sola visita a la plaza del Pilar. La feria es para ellas una cita imperdible.
“Nunca faltamos”, dice Chusé Aragüés, editor de Gara d’Edizions, que estos días ha participado un año más con su caseta y en la Feria del Libro de Zaragoza. “Es la oportunidad perfecta para ponerte delante del lector”. Es la principal motivación de este gremio para abandonar durante unos días las tareas de gestión, comercial, facturación, producción del libro… y meterse durante unos días el papel de los libreros y libreras.
“Nos hace ilusión ponernos en ese papel. No solo porque el trabajo de editor es mucho más íntimo y, estando en la feria, tenemos la oportunidad de estar a pie de calle, sino porque es la ocasión de recibir un feedback directo sobre si funcionan nuestros libros, para tener una guía de lo que piensa la gente al ver una portada, cómo reaccionan al leer una contra…”, explica David Francisco de Pregunta Ediciones.
“Es cierto que con las redes sociales siempre nos llegan comentarios, recibimos las opiniones de los amigos y compañeros… pero tener la opinión y la relación directa con los lectores, ver cómo los fieles vienen a comentar con nosotros las novedades, es algo muy satisfactorio”, opina Alfonso Castán, editor de Contraseña.
Y es que es en las ferias cuando sale a la calle el trabajo del editor durante el resto del año: un trabajo basado en tomar decisiones, desde qué libro editar a cómo producirlo, quién lo traducirá o corregirá, quién se encargara de ilustrar la portada o diseñar su maqueta… Un trabajo que se hace de puertas para adentro y que fruto en forma de novedades, especialmente en primavera.
Así es para las editoriales que participan como expositores en la feria, que son numerosas: Apila, Anteo, Comuniter, Delsan, Doce Robles, Erial, Edelvives, Los libros del gato negro, La fragua del trovador, la Institución Fernando el Católico, la Universidad de San Jorge, Prensas Universitarias de Zaragoza, Prames, Olifante, Onagro, Taula, Rolde, Mira… y eso, sin nombrar a las editoriales especializadas en cómic o en libro infantil que también forman parte del listado de expositores.
Todas ellas han aprovechado la feria para compartir novedades, y el fruto del trabajo que realizan para sacar a la calle el trabajo de autores y autoras, a menudo compartiendo la caseta con ellos. Una sensación que para Contraseña es relativamente reciente. “Al principio trabajábamos con autores extranjeros, autores no contemporáneos, pero al final, nos hemos encontrado en el momento justo con autoras como Irene Vallejo, Patricia Esteban o Ana Alcolea e incorporarlas al catálogo”. Alcolea y Esteban han pasado este año por la feria para firmar sus últimos libros, y además Vallejo ha sido la pregonera de esta feria de 2019.
Editores y autores van de la mano, y alrededor del libro, se organiza todo un mundo de actividades. “Para nosotros, cada libro es especial. Hacemos traducciones, recibimos manuscritos, recatamos textos que estaban sin publicar… y para presentar cada uno de ellos, tratamos de hacer algo diferente”, explica David. Así, en esta feria, además de un sinfín de sesiones de firmas, hemos tenido la oportunidad de asistir a las presentaciones y charlas de numerosos libros, como el último de libro Bernardo Atxaga, Lista de locos y otros alfabetos, editado por la aragonesa Xordica o el ensayo social y medioambiental “La iniciativa social de mediación de los conflictos del agua en Aragón” de Cristina Monge y José Juan Verón, publicado en Prensas Universitarias.
Además, a pie de caseta, se improvisan pequeños clubs de lectura, se ensayan presentaciones, se comparten lecturas… y es en estos diálogos donde la feria se transforma en todo un acto social. “Además de escritora, soy profesora”-dice Marta Armingol, autora de la novela Los días blancos y una de las decenas de escritores que han firmado estos días en la feria– y siempre intento presentar a los alumnos la literatura desde un punto divertido. La literatura es una fiesta”.