Desde Zaragoza, que entra a formar parte de la Red nacional de Ferias del
Libro
desde su nacimiento pensamos que esta entidad permitirá crear
sinergias entre las ferias asociadas y estimular los diferentes actores
implicados en la cadena del libro.

Hay Ferias del Libro grandes y pequeñas, se realizan en diferentes épocas del año,
congregan a todos o a parte de los gremios de la cadena del libro, son de titularidad
privada o pública, tienen más o menos programación cultural, pero algo las une: la
voluntad de estimular la lectura y dinamizar la venta de libros en un entorno cambiante
en el que la palabra escrita sigue siendo uno de los valores culturales más confiables.
Por eso, las y los responsables de diecinueve Ferias del Libro de todo el país (Almería,
Burgos, Castellón, Gijón, Huelva, León, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo,
Palencia, Santander, Sevilla, Tenerife, Teruel, Torremolinos, Valencia, Valladolid y
Zaragoza) han creado la Red Estatal de Ferias del Libro, un espacio no formal,
abierto y diverso en el que trabajar y, en su caso, avanzar hacia nuevas alianzas que
partan de la experiencia

Desde Zaragoza «hemos considerado imprescindible formar parte de esta Red
nacional de Ferias del Libro que ahora nace porque nos va a ayudar a compartir
información, programas y actividades, así como crear sinergias con otras ferias
amigas». «Además, esto nos supone un gran valor añadido para enriquecer la cadena
del libro; son muchos los actores implicados en este sector y, de esta manera,
estimulamos su supervivencia», según ha declarado desde Zaragoza Ángel Gálvez,
secretario de COPELI, entidad organizadora de la Feria del Libro en la ciudad.
Fomentar la comercialización
Las que integran la Red representan la magnífica diversidad de modelos de Ferias del
Libro de nuestro país, espacios que son fundamentales para el fomento de la lectura, y
la difusión y comercialización de los libros, y en que los que interactúan
—dependiendo del formato— librerías, editoriales, distribuidoras, instituciones públicas
y actores culturales plurales. Sin las ferias, muchos actores del sector verían
disminuidas sus opciones de supervivencia. 

A pesar de sus diferencias, todas comparten objetivos, retos, tareas y necesidades;
«prestan un servicio a las comunidades a las que pertenecen. Sin renunciar a su
espíritu comercial, cada vez más son agitadoras culturales», tal y como reflejan en el
texto en el que las ferias han expresado el sentido de esta nueva Red. 
Por todo ello, han decidido trabajar juntas en la seguridad de que, haciéndolo, podrán
compartir información sobre la cadena del libro y sus protagonistas, pero también
sobre esas otras responsabilidades que asumen: montaje, relación con las
administraciones públicas, gestión cultural, etcétera. La idea es no solo conocerse
mejor, sino «establecer acuerdos y explorar la posibilidad de colaborar puntualmente o
crear alianzas estratégicas, así como intercambiar información sobre proveedores,
programas de actividades, etcétera». La Red permitirá mejorar los manuales de
buenas prácticas y mejorar la sostenibilidad de las Ferias implicadas.  Por último,
creen que, juntas y diferentes, las Ferias en Red podrán avanzar hacia una
interlocución con instituciones de carácter estatal. 

Esta Red Estatal de Ferias del Libro nace como suma de voluntades y aspira a sumar
más responsables de ferias a este tejido dinámico que tiene la vocación de constituirse
en un «espacio de transparencia y profesionalidad, de tal forma que los diferentes
actores de la cadena del libro y los tejidos profesionales y culturales con los que
interactuamos dispongan de una herramienta útil para interlocuciones y
planteamientos con las diferentes Administraciones Públicas, y para que todos
nuestros interlocutores posibles tengan un punto de referencia».